Lo melancólico, sin embargo, es que autores como Chaparro, vanguardistas y reacios a pensar en su propio ejercicio, carecen de ironía y, por lo tanto, de perspectiva histórica. Durante la presentación de la novela, Chaparro dijo que la literatura es "un botellazo de whisky en la cabeza, un corrientazo de energía en las pelotas, una cuchillada en la madrugada", etc., etc. Este vitalismo lo conduce -a él y a los autores que siguen la doctrina- a repetir gestos que unos años antes tuvieron sentido, pero que hoy pasan por ignorancia o por adolescencia. En 1930, Eduardo Zalamea Borda tuvo la idea de escribir una crónica sobre la Guajira que se tituló "4 años a bordo de mí mismo (memorias de Uchí Siechi Kuhmare)". Fue publicada en El Espectador, entre el 10 de mayo y el 5 de junio de 1930. Esa crónica, que ocupaba la totalidad de la página 4, venía acompañada de hermosas fotografías y manifestaba el deseo constante de mantener la atención del público: "La ciudad de las 125.000 mujeres y los 1.500 automóviles", "Un capitulo extraordinario y matemático como un vuelo de submarinos", se titulaban, por ejemplo, algunas de las entregas. Eran los años de la vanguardia y la modernización industrial en Colombia. Por eso, el gesto tenía sentido; no sólo era el saludo del autor a nuevas fuerzas sociales sino la condena de la literatura tradicional y la retórica que dominaba a la generación del Centenario. Sesenta y dos años después, cuando la ironía es la ley del mundo, repetir con la misma juventud el gesto no parece posible. La novela de Chaparro es adolescente pero en un sentido negativo: carece de todas las virtudes de la juventud, pero tiene casi todos sus defectos: la gravedad, la ausencia de humor, el vitalismo, la ignorancia. Este último aspecto es revelador en todo sentido, porque sin proponérselo Chaparro ha calcado, punto por punto, lo que desde el siglo XIX se conoce como novela de artista.
Publicado por Gabriel Fiallos¡¡¡¡
martes, 20 de mayo de 2008
SI TE GUSTA LEELO….. ALGO ACERCA DE Chaparro
Publicado por Bloggers en 14:38
Etiquetas: Gabriel Fiallos
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