En los tres cuentos leídos, Pablo Palacio muestra, a mi forma de ver, un estilo bastante ambiguo, pero que termina en relatos muy llamativos y que capturan fácilmente la atención del lector debido, mas que a los mismos hechos de su relato, a su manejo del lenguaje, su creación sutil de figuras que rompe con la corriente literaria contemporánea a él y su humor negro y un poco complejo.
En un principio, en el caso del antropófago y el hombre muerto a puntapiés, pareciera de alguna forma que el narrador adopta una posición un poco panfletaria, como buscando el porque de estos crímenes para poder echar juicios y defender a los inocentes: esto se nota bastante cuando da una explicación filosófica para justificar su investigación y su método inductivo creado por Bacon para resolver el caso de Octavio Ramírez, o cuando dice asumir la abogacía del antropófago; sin embargo, en el desarrollo de sus relatos, se ve que no emite juicios que condenen o justifiquen de manera trascendental a ningún personaje, sino que mas bien crea relatos relacionados mas en la parte de la imaginación, tal vez por ello el relato sobre Octavio Ramírez es supuestamente inducido y armado de forma intuitiva, y creando personajes más fantasiosos a través de imágenes muy bien armadas, como la composición de un hombre a quien le gusta la carne cruda debido a las condiciones de su vida y que llega a comerse partes de la cara de su propio hijo debido a su gusto por la carne cruda.
En mi criterio también, pienso que el antropófago es el cuento que mas expone el elemento de ruptura con la corriente vigente en la época de Pablo Palacio. Si bien sabemos bajo teoría y bajo lectura que la corriente de literatura que regía en ese tiempo era una corriente realista, panfletaria, sumamente concentrada en reflejar y denunciar la cruda e injusta realidad que el ecuador vive, Pablo Palacio rompe este esquema a través de relatos más imaginativos y de imágenes sutiles ficticias.
El Antropófago explicita más este elemento bajo dos aspectos del relato que son, a mi consideración, los más importantes; el primero es el hecho de que decide tomar abogacía de un ser que no solo no es real, aunque es posible, ni común en la sociedad ecuatoriana, sino que es de una naturaleza monstruosa y terrorífica, que no es un personaje moral que viva bajo la opresión de los poderosos, si que es un personaje singular, aislado de la realidad social y que, bajo un criterio mas social y objetivo, es horrible, malvado, diabólico y digno de todos los adjetivos peyorativos que se puedan encontrar; y el segundo es el hecho de que, a través de su alusión a Tiberio, propone la ruptura de la comparación entre El Antropófago y Cronos con el mito de los titanes, es más, sugiere que el lector que haga un símil entre Cronos y el Antropófago termina por ser un imbécil.
Finalmente puede apreciar bajo mi criterio, que en estos tres relatos tienen un desarrollo de imágenes literarias, de ruptura de ideas, y de apatía y humor negro que se manifiesta de manera progresiva en los relatos.
Dicho de forma más compleja, el hombre muerto a puntapiés es el relato de imágenes menos sutiles y de menor fantasía, no quiere decir que sea menos bueno, sino que de alguna forma es el relato menos desligado de la realidad social quiteña, pero manifiesta ya una ruptura amplia en la idea tradicional de relato; después tenemos a El Antropófago, que, como ya dije, manifiesta un entorno que es hasta cierto punto posible pero no es real, y explicita más la idea de ruptura a la vez que abandona la búsqueda de la moral y el bien a través de su propia y mínima auto justificación y además que agrega más imágenes sutiles como la infancia de este, como su humillación en la prisión, como su crimen atroz con su hijo; y finalmente tenemos a Brujerías (1y2) que es ya total y definitivamente desligado de la realidad, hecho en un entorno de fantasía, donde Pablo Palacio ya abandona toda búsqueda de moral, abandona el discernimiento y la balanza de bien y mal, y desarrolla, además de un crudo humor negro con los finales un poco sarcásticos como el de la bruja por ejemplo, y un juego de imágenes sumamente sutil y poético como en el momento de intensidad en que imagina al joven seducido por la bruja e imagina a esta última con su boca podrida y vieja recibiendo un beso del joven, la imaginación de los huesos crujiendo y muchos más juegos de imágenes como la completa comparación entre perros vagabundos y agresivos con hombres adúlteros y traicioneros que convierten a este relato, a mi modo de ver, en el cuento mas desarrollado en el estilo de Pablo Palacio en esta línea de tres cuentos.
Javier Vásconez
2008-02-07
miércoles, 6 de febrero de 2008
Cuentos de Pablo Palacio
Publicado por Bloggers en 19:21
Etiquetas: Javier Vásconez
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